Misia Sert

Retrato de Misia. Pierre-Auguste Renoir. Wikimedia Commons
Pierre-Auguste Renoir, Retrato de Misia Sert.

Durante la década de los años 30 del siglo pasado Palamós fue uno de los lugares más frecuentados por las vanguardias culturales y las élites creativas europeas  que repartían su tiempo entre nuestra población, Antibes y Capri. El motivo por el cual un pequeño pueblo de la costa catalana despertaba tanto interés tenía nombre y apellido, Josep María Sert.

Josep Maria Sert visto por Ramón Casas (MNAC).

El pintor  había comprado y acondicionado una finca situada  cerca de  Cala S’Alguer  con una parte del dinero cobrado por realizar  los murales que decoraban el comedor principal del hotel Waldorf Astoria, el más elegante y caro de Manhattan.


Mas Juny fue el nombre elegido para bautizar la propiedad.

La historia recuerda al hombre. Biógrafos y estudiosos de su obra han llenado miles de páginas y poco más se puede añadir.

Mas Juny, años 30 del siglo XX. E. E.

El objeto de estas líneas no es hablar de él sino  recuperar la memoria de la mujer con la que compartió una parte de su vida, Misia Sert.

 

Durante un tiempo estuve convencido de que la musa de la Belle Époque, así la llamaba Marcel Proust, vivió en el Empordà y repartió su savoir-faire  entre los invitados que, en invierno y verano, ocupaban las habitaciones de la casa asomada al Mediterráneo.  Ahora ya no lo tengo tan claro.


La relación entre el matrimonio tuvo un periodo de crisis mientras vivían en París. Él conoció a Roussadana Mdivani, 30 años más joven y Misia  se tragó el orgullo durante un lustro. Aceptó el triángulo amoroso que suponía la presencia de la “ princesa “ georgiana  a la que presentaban como su hija para intentar mantener las formas.

Unas fuentes afirman que la ruptura sucedió cuando ya estaban instalados en Palamós pero otras, más numerosas,  aseguran que todo ocurrió cuando aún vivían en la rue de Rivoli.

Sea como fuere no es trascendente el hecho,  porque ella no era un florero ni la esposa de…más bien al contrario.

Maria Godebska, nombre real de Misia, fue una activista cultural. Su amor por el arte no conocía fronteras ni disciplinas.

Misia Sert & Coco Chanel

En torno a ella floreció el simbolismo de Mallarmé, la pintura de Renoir, los ballets rusos de Diaghilev, la música de Stravinsky y… Coco Chanel, su amiga de toda la vida.

La historiadora Isabel Margarit sostiene en su libro París era Misia que fue ella la que  abrió a Josep María Sert las puertas del  éxito.

Sus amistades y contactos le proporcionaron al pintor  clientes influyentes y contratos millonarios. Probablemente si no se hubiera casado con Misia nunca habría sido llamado el Tiépolo del Ritz.


Después del divorcio no quiso recuperar el apellido de soltera. La separación la hundió en un período oscuro del que nunca se recuperó. La morfina fue su refugio y a ella se entregó hasta su muerte en 1950.

Pocos la han recordado en los últimos setenta años pero, a modo de homenaje, los propietarios actuales  de la marca de perfumería más famosa del planeta le dedicaron a principios de nuestro siglo un perfume, Misia de Chanel.